Si hay algo que late con fuerza en Elche, es la pasión por el fútbol. Y ese corazón tiene nombre propio: el Estadio Martínez Valero. Un templo deportivo que ha marcado la historia de la ciudad y que permanece en la memoria de todo aficionado que lo visita, aunque sea solo una vez.

A lo largo de las décadas, el Martínez Valero se ha convertido en mucho más que un recinto deportivo. Inaugurado en 1976 y conocido por su diseño vanguardista para la época, ha sido escenario de grandes noches de fútbol, encuentros internacionales y acontecimientos históricos. Su arquitectura abierta, rodeada de palmeras y conectado con el paisaje ilicitano, lo convierte en un símbolo que une deporte, identidad y tradición. Pero… ¿alguna vez te has preguntado cómo nació este estadio?

Para descubrirlo, debemos viajar al antiguo campo de Altabix, el hogar anterior del Elche Club de Fútbol. Con el crecimiento del equipo, la afición y la necesidad de modernizar instalaciones, se impulsó la construcción de un nuevo estadio que estuviese a la altura del sueño franjiverde. Así vio la luz el Martínez Valero: amplio, moderno y preparado para albergar eventos internacionales. No es casualidad que haya acogido partidos del Mundial de 1982, finales de Copa del Rey o conciertos multitudinarios que forman parte de la historia reciente de la ciudad.